Lunes, 5 de abril. Finalizada la Semana Santa (salvo en algunas regiones, donde hoy también es festivo), y dejando de lado las particularidades de los calendarios escolares, empieza un nuevo mes que es, además, inicio de un nuevo trimestre (al menos, en lo que a días hábiles se refiere).
He aquí la paradoja sobre la que hoy quiero llamar la atención: es día 5 y hay un comienzo.
¿O es que siempre hay que empezar por el número 1?
Se dice que el número 5 representa al ser humano en su totalidad. Efectivamente, cada uno de nosotros estamos dotados de cinco sentidos (vista, oído, tacto, olfato y gusto), tenemos cinco dedos en cada mano y en cada pie y nuestro crecimiento y desarrollo como personas converge y se expande en cinco dimensiones (física, afectiva, racional, social y espiritual). Se dice, también, que el número 5 expresa libertad, aventura y cambio. ¿Acaso no estamos en constante evolución?
Confiemos, pues, en nuestra propia totalidad. Fijémonos en lo que nos dicen nuestros sentidos. ¿Hasta qué punto dejamos contaminar nuestra percepción por fantasías o temores imaginarios? Cultivemos nuestras propias dimensiones. ¿Cuál está más fuerte? ¿Cuál nos parece la más débil? ¿Cómo se interrelacionan entre ellas? Pongamos atención, tomemos conciencia… y escuchemos las respuestas de nuestra intuición y sabiduría interior.
Empezar no implica siempre partir de cero. En nuestro recorrido vital nos seguiremos encontrando primeras veces –¡qué sería de la vida si no nos brindara nuevas alternativas y oportunidades!–, pero las experiencias y los aprendizajes previos suman puntos para afrontar con garantías los retos y los desafíos que irán apareciendo en el camino.
Yo, esta semana, empiezo a contar desde 5. ¿Y tú?