En plena cuarentena, un tiempo de dudas y miedos a nivel global, con la mirada hacia el futuro desde un presente muy poco claro, la oferta de tres sesiones gratuitas surgió como un experimento inesperado. Esa invitación a reflexionar sobre los «pilares de mi casa actual» bastó para poner en marcha un proceso intensivo de autorreflexión, un balance entre dónde me encuentro en cuanto a relaciones humanas respecto a mi propia identidad y crecimiento personal.
Nacho supo muy bien escuchar y dirigirme hacia una nueva visión sobre mí misma, mis retos personales y el enfoque que quería que mi vida tuviera más allá de la crisis del Covid19. Me hizo aplicar métodos y estrategias diferentes para identificar puntos débiles y fortalecer aptitudes, ayudándome a centrarme en respuestas a preguntas que había estado evitando hacerme.
Desde el primer encuentro –online, debido a las circunstancias– me sentí muy bien acogida. Nacho practica una comunicación directa y respetuosa, con ese grano de humor que me facilitaba sincerarme durante el proceso. No permitió que nos desviáramos demasiado en nuestras conversaciones. Siempre supo redireccionar la conversación en el momento adecuado para avanzar en cada sesión. Pareció muy bien preparado para cada una de las sesiones, y es verdad lo que dice –su acompañamiento tiene un límite temporal– así que yo acabé con la sensación de poder seguir el camino sola, bien instruida, sin necesidad de participar en sesiones perpetuas. Aunque para nada descarto volver a acudir a su coaching en el futuro.